jueves, 2 de abril de 2009
AKETATON
NUEVA CIUDAD DE AKENATONImagino lo que sentiría Akhenatón paseando hoy por su ciudad; supongo que le invadiría una inmensa tristeza. No se que diálogo mantendría con Nefertiti y sus hijas, seguramente no hablarían, no les haría falta porque es una visión que ya tendrían antes de morir. Se agacharían junto a la base de una columna y hundirían la mano en la tierra. Cada uno se sumiría en sus recuerdos; las niñas correteando por la hierba, la madre sentada junto al estanque con los pies desnudos en el agua... ¿Y akhenatón?...Ya no quedan jardines, ni estanques, ni acacias, ni patos, ni palacios, ni casas... sólo queda, arena, piedra, escorpiones y desierto. Quedan los restos de lo que un día fue una gran ciudad, esos restos que a la vez son testimonio de la estupidez humana, de la necedad, del bandidaje, de la sinrazón y de la locura.Pensará Akhenatón que todo tiene su tiempo, su edad, su principio y su fin. Era un soñador, pero no un loco, sabía que su ciudad no era eterna, al contrario, iba a ser efímera. El encomendarse a un solo dios tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes, sobretodo inconvenientes, uno de ellos el de no poder estar en todos los sitios a la vez. Ese problema no lo tenían quienes devastaron su ciudad, ellos tenían muchos dioses
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